El sábado 19 se vino todo el humo de la quemazón de las islas hacia aquí. Rotó el viento y los fuegos andaban desbocados, por lo que literalmente esto se convirtió en una brasería, solo que en lugar del olor a pollito asado había aroma a humo de pasto quemado.
Esta foto muestra cómo se veía la noche. El color naranja vino por las luces sódicas de la ciudad, que atrapadas por la humareda hacían un efecto de neblina espesa... pero con luna.
¿Qué dirán en Suecia o Finlandia al leer estas noticias? Pensarán que estamos en otro planeta. Y tienen razón.
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