Hoy fui al cine.
Una de las mejores incorporaciones del mundo a este país ha sido la butaca numerada en la sala. Uno elige el lugar y listo, nada de problemas de acústica o distancia a la pantalla.
En la función de hoy me tocó un argentino sentado en mi butaca. Ya lo vi cancherito en el hall de espera. El tono de voz, la manera de caminar, cómo le hablaba a sus hijos. El tipo estaba tranquilo con su hijo y su pochoclo en mi asiento. Cuando le indiqué que eran míos, se hizo el pavo (y le salió mal) preguntándole al hijo "¿Esta no es la 15?". La 15... nada que ver. Estaba en la I10.
La coronó comentando con cierta sorna "Flaco, mirá que hay lugar"... ¡Se molestó porque lo saqué de MI lugar! Opté por no contestarle, ya que sería para problemas. Pero si había lugar, mejor para él así se va por ahí y deja de empedarme la butaca.
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